Yo estaba cansada, distante, intimidante. ¿Asi me veian? ¿Seria yo asi?
Recordaba mis rabietas de infancia y mi corazon palpitante de adolescente, y las fiebres de aquel mes de agosto, pero todo eso ya estaba lejos... El hecho es que nada mas se agitaba dentro de mi.
Me pase el peine, me retoque los labios. No se puede perseverar eternamente en el miedo, uno se cansa..
Yo ya no me despertaba de noche bañada en sudores de angustia, pero seguia deprimida.
No veia ninguna razon para estar triste, no; lo que pasa es que me hace desdichada no sentirme dichosa; sin duda me han mimado demasiado.